Rusia una vez más fue escenario de episodios de racismo en el fútbol. El martes, durante el empate a 1-1 entre el Liverpool y el Spartak de Moscú por el Grupo E de la Liga de Campeones, algunos de los aficionados sel Spartak de Moscu realizaron sonidos imitando a monos, cuando el senegalés Sadio Mané tocaba el balón.
Seguido del gol de Coutinho para los Reds, Mané respondió a los insultos y pidió el fin de la provocación, lo que no sucedió. En el segundo tiempo, la escena se repitió con Sturridge.
Irónicamente, el gol del Spartak fue marcado por un negro: el volante brasileño Fernando, ex Gremio.
El fútbol ruso esta manchado por manifestaciones racistas a lo largo de los últimos años.
En 2011, durante dos ocasiones, hinchas rusos lanzaron plátanos en dirección del lateral izquierdo brasileño, Roberto Carlos, en su etapa con el Anzhi.
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