martes, 2 de agosto de 2016

Conocelo │Jonnathan España: Un profesional con alma de niño



En 1.87 metros cabe en partes iguales familia, fútbol y felicidad. La evidencia de esta afirmación es Jonnathan España, un zuliano que ha sorteado con una sonrisa los momentos de una carrera futbolística que tuvo un inicio atípico.

La alegría juega a su favor: “pienso que algo negativo te trae algo positivo. Siempre estoy sonriendo tratando de alegrar a quienes me rodean; mis compañeros, mi familia; trato de motivarlos. Hay cosas bonitas para vivirlas y disfrutarlas”.

La parte difícil

Nació en Ciudad Ojeda el 11 de noviembre de 1988 y aunque siempre se interesó por el fútbol, no tuvo la oportunidad de experimentar la formación profesional desde la infancia. 

Jonnathan aprovechó los espacios de su colegio para practicar todos los deportes que pudo, aunque admite que esa lista no incluye el béisbol; “no me gustaba porque era muy estático, quedarse esperando. Lo mío era algo más de estar activo”, asegura.

El desarrollo futbolístico de su ciudad natal le jugó en contra durante su adolescencia; si quería asistir a una escuela de fútbol debía trasladarse hasta la sede del Unión Atlético Maracaibo o el Zulia FC, los equipos más cercanos que contaban con categorías menores. “Se me hacía difícil porque era una hora en carro llegar a Maracaibo y mi papá no tenía carro. Tenía que hacerlo en buseta, que eran dos horas y me costaba mucho”, recuerda.

“Te veo todos los días acá y voy a sacar un equipo de pequeños. Si consigues once jugadores cerca de tu casa, armamos un equipo y lo metemos en la liga del barrio” fueron las palabras de Felipe Da Silva, un profesor que lo vio jugar en la cancha de un club colombiano que estaba ubicada detrás de su casa, y representó la posibilidad más cercana que tuvo de acercarse a una formación adecuada en el deporte rey.

Finalmente, cuando empezó a estudiar en la universidad, España pudo unirse al equipo Sub 20 del Zulia FC. Alcanzar el primer paso de su sueño no tuvo nada de sencillo, relata: “todos los días a la universidad me llevaba mi comida. Salía a las cinco de la mañana de la casa y llegaba en la noche, durante seis meses”. El esfuerzo rindió frutos y resolvió dejar su plan de convertirse en Ingeniero en Gas, profesión que habría compartido con sus dos hermanos; Edixon y Darwin.

El paso dado

Real Bolívar y Unión Atlético Lagunillas fueron los primeros equipos en los que jugó al salir del Zulia FC. Luego “salió la oportunidad de irme a San Antonio con el profesor Nené Vivas, un argentino que me vio jugar en Segunda B. Ese año San Antonio subió a Segunda y mi mamá convenció a mi papá”, explica España al recordar cómo enfrentó su padre su decisión de retirarse de la universidad.

A partir de ese momento, asegura, “todo ha sido muy rápido”. Dos años después de jugar en San Antonio, un golpe de suerte lo ubicó en Trujillanos FC. “Me llamó Monagas que me quería llevar. El profesor ‘Pilón’ Pérez me permitió prepararme en Real Bolívar antes de irme a Monagas, y me invitó a Valera para jugar un amistoso con Trujillanos. En ese partido me vieron Leo González y Pedro Vera y decidieron que me quedara con ellos en Trujillanos”.

Con el equipo de Valera vivió bonitas experiencias. Jugó contra Táchira, Caracas y Mineros marcando delanteros de jerarquía, como Sergio Herrera e Iván “Champeta” Velásquez. También allí tuvo la oportunidad de debutar en Copa Sudamericana, frente a Liga de Quito. “Me fue muy bien en Trujillanos. Un equipo aguerrido, el apoyo siempre fue del DT y de los compañeros. Contra Zamora FC marqué un gol y creo que fue la oportunidad de ir allá”, afirma el defensor.

Llegaron los títulos


Recibió la llamada de Noel Sanvicente y no dudó en trasladarse a Barinas, allí formó su familia y dio el salto al exterior. “Le debo mucho al profesor Sanvicente porque siempre me insistió en que corrigiera mis errores y no me enfocara en mis virtudes. Eso me ayudó a mejorar. En dos años ganamos muchas cosas, me valió para poder jugar afuera en AEL Limasol”, equipo de Chipre donde permaneció por año y medio. Su capacidad de adaptación a los cambios le sirvió para lidiar con el idioma, y vivir en la zona más turística del país contribuyó en una experiencia en la que el apoyo de su familia fue fundamental.

“He pensado que lo más bonito del fútbol son las vivencias. Más que lo que uno logra son los compañeros, los recuerdos” asegura el jugador y agradece a Dios por haber podido entablar amistades en todos los equipos a los que ha pertenecido. Ejemplos de ello son Hugo Soto, Ynmer González y Juan Falcón; quienes los acompañaron en sus inicios con Zamora FC. “Juan había pasado por lesiones malas y ver ese crecimiento como jugador, ser goleador del torneo y salir del país me llena mucho como persona, porque me alegra y lo vivo como lo vivió él”, comenta sobre el futbolista a quien considera su hermano.

Leidy y Zoé

Quien lo sigue en redes sociales debe conocer la importancia del “#TeamEspaña”, una etiqueta con la que acompaña las imágenes en las que se muestra sonriendo con su esposa Leidy y Zoe, la pequeña bebé de ambos, el pilar de su vida; “Mi tiempo libre es para estar con mi esposa y mi hija. Si estás con tu familia estarás estable emocionalmente y así estarás bien con tu otra familia que es el equipo”.

Su matrimonio ya alcanzó el tercer aniversario y Jonnathan recuerda cuando le pidió a Leidy que se casara con él; ella le había dicho que quería que ese momento fuese especial: “Decidí comprar el anillo y dije que lo iba a hacer en la final Anzoátegui – Zamora en Puerto la Cruz (en casa quedamos 1-1 y teníamos que definir en casa de ellos). Iba con la mente positiva y luego de ganar la estrella, yo aproveché de celebrar el título pidiéndole matrimonio”.

Si habla de pasatiempos, la familia sigue siendo lo primero, aunque deja claro que estar en la cancha es su hobby también; “me gusta estar en casa con mi familia, viendo cine, comiendo una rica cena, o visitando un parque”. Cuando no está entrenando, considera otras actividades para divertirse: “me entretengo con los juegos de video, de lógica. Me gusta ver muchas series”. El apodado “Sonrisa” aprovecha la oportunidad para avisar que dejó el vicio del Candy Crush.

Para Jonnathan España la alegría ha sido clave en el transitar de su vida personal y profesional, aun cuando ya tiene 27 años de edad, no pierde la sonrisa característica de los niños y mantiene los problemas alejados de la mente, así encara los días con la tranquilidad de quien cuenta con la familia como el mejor apoyo.

Prensa Atlético Venezuela

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