viernes, 19 de agosto de 2016

Una argentina y un brasileño se casan en la Villa Olimpica



¿Lo que sucede en la Villa de los Atletas se queda en la Villa de los Atletas? Rumores de fiestas, romances y escapadas predominaban la imaginación del público que acompaña los Juegos de Río 2016. Sin embargo, a veces, el amor entre los atletas es verdadero – y merece ser notificado más allá de los muros Olímpicos. El 11 de agosto, el reverendo Zenji Niö llevó a cabo en el centro budista del complejo religioso de la Villa la primera ceremonia matrimonial de los Juegos Olímpicos, entre la argentina Yael Castiglione, armadora de la selección de voleibol de su país, y el ex-jugador de voleibol brasileño Marcus Eloe.

Yael conoció a Zenji – o Zen, como es conocido entre los atletas – durante los Juegos Pan-Americanos de 2015, en Toronto, en Canadá. Además de las ceremonias religiosas, el reverendo encabeza sesiones de meditación basadas en las técnicas de los samuráis japoneses. Según la atleta argentina, Zenji le hizo ver la vida de manera diferente. Al enterarse de que él iba a estar en Rio 2016, ella hizo todo para celebrar en la Villa Olímpica su casamiento espiritual con Marcus, que nació en Ribeirão Preto y vive en Buenos Aires. Ellos ya están casados civilmente desde junio. 

“Zen preparó una ceremonia sencilla, pequeña, pero muy poderosa. Celebramos todas las tradiciones. Damos la vuelta alrededor del altar budista siete veces mientras que el entonaba palabras y cantos lindos. Lloramos mucho porque sabemos que muchas buenas cosas van ocurrir a partir de ese momento. Fue un momento espiritual increíble y único en nuestras vidas. Solo podemos agradecerlo”, dijo Yael, que va a dejar Buenos Aires para vivir con Marcus en Santos, ciudad de la costa de Sao Pablo. “Dicen que es parecido a Río, pero más pequeño. Es una ciudad linda para empezar nuestra familia.”

La relación de Yael con Zenji en realidad es fuerte. La atleta se transformó en atea después de perder a sus padres, pero encontró de nuevo su fe en Pan. Se dedicó a leer sobre el budismo y adopto las técnicas de meditación enseñadas por el reverendo.

“Él es una persona especial, me enriqueció la vida. Quería mucho tener la oportunidad de vivir este momento con Marcus y que alegría haberlo conseguido exactamente en los Juegos Olímpicos”, afirmo Yael, que recibió talismanes budistas que contienen palabras de sabiduría de grandes samuráis japoneses.

Zenji Niö no escondió tampoco la alegría de ser parte de un momento tan especial de los Juegos Olímpicos. Con voz serena, dijo que su papel en el mundo es ayudar a las personas a difundir el amor. Para el reverendo, que trajo objetos milenarios para decorar la mesa del centro budista, la argentina y el brasileño son la prueba de que el amor supera cualquier rivalidad.

“Entre ellos, hay amor, espiritualidad y cariño. No existe aquella rivalidad de que los argentinos y los brasileños suelen hablar. Eso es un legado que los Juegos de Rio 2016 regalan al mundo. A través del amor, se supera cualquier diferencia. Fue un honor participar en algo tan especial”, afirmó Zenji, que recientemente conoció al cardenal Don Orani Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro.

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